Universidad de Chile arrasa 6-0 a O'Higgins en el Nacional: avalancha azul en la Fecha 13

Universidad de Chile arrasa 6-0 a O'Higgins en el Nacional: avalancha azul en la Fecha 13

Seis goles, un baño de realidad y un mensaje al torneo

La Universidad de Chile firmó una de esas noches que se recuerdan por años: 6-0 a O’Higgins en el Estadio Nacional Julio Martínez Prádanos, por la Fecha 13 del torneo. A las 19:00 UTC, con 33.269 personas en las gradas y Gastón Philippe como árbitro, el equipo azul convirtió un partido tenso en una exhibición de poder, ritmo y contundencia.

El marcador se desató en el tramo final, cuando la superioridad se volvió arrolladora. Nicolás Guerra anotó a los 77’ y Lucas Assadi puso su sello a los 82’, dos golpes que llegaron cuando O’Higgins ya no tenía aire. Antes y después, el protagonista de la noche fue Matías Zaldivia: el defensor central marcó más de un gol —uno de ellos en el 75’+— y fue elegido Jugador del Partido. La goleada se completó con tantos que nacieron de pelotas paradas bien trabajadas y transiciones rápidas que pillaron a la visita mal parada.

El dato pesa: desde 2006, en 47 enfrentamientos de Primera División, la U acumula 20 triunfos por 12 de O’Higgins, y con este 6-0 estira una racha reciente que ya suma tres victorias consecutivas ante los de Rancagua. En la tabla, el equipo azul consolidó su cuarto puesto; O’Higgins, séptimo, salió del Nacional con señales de alarma encendidas.

Una noche perfecta para la U, un golpe duro para O’Higgins

La U mandó desde el primer tercio: presión alta coordinada, laterales profundos y un mediocampo que eligió bien cuándo acelerar y cuándo enfriar. No fue un monólogo de posesión eterna, sino un plan práctico: recuperar arriba, atacar rápido y finalizar. Cuando el partido pedía paciencia, apareció el balón detenido; cuando pedía chispa, entraron los atacantes con piernas frescas para rematar la faena.

Lo de Zaldivia llamó la atención por su rareza y su peso específico. Un central que gana en el área rival cambia cualquier libreto defensivo: O’Higgins empezó a retroceder medio paso en cada córner, perdió duelos aéreos y dejó segundas jugadas sueltas en la frontal. Guerra castigó ese desconcierto con su olfato y Assadi puso la guinda con conducción y lectura del espacio. Fue un efecto dominó: cada gol desordenó más a la visita.

Del otro lado, O’Higgins pagó caro su sequía. Llegaba con dos partidos sin marcar y se fue con el tercero al hilo. El equipo compitió mientras mantuvo el 0-0, pero encajó mal el primer golpe y se partió: los volantes ya no cerraron líneas, los centrales quedaron expuestos a campo abierto y los laterales defendieron hacia atrás, siempre a destiempo. Cuando la cabeza se llena de dudas, los detalles —un despeje corto, una marca perdida— te condenan.

  • Efectividad azul: cada llegada clara terminó siendo ocasión de gol o córner peligroso.
  • Balón parado como arma: los azules sacaron oro de ejecuciones y bloqueos bien trabajados.
  • Recuperación tras pérdida: la U cortó cualquier intento de contra antes del medio campo.
  • Tramo final demolidor: del 75’ en adelante, la energía de la banca marcó la diferencia.

Con el 6-0, la U gana algo más que tres puntos: mejora la diferencia de gol, refuerza su confianza y envía un mensaje directo a los rivales de la parte alta. En casa, frente a su gente, el equipo mostró solvencia emocional: no se apuró cuando el partido estaba cerrado y no aflojó cuando lo tenía a favor.

Para O’Higgins, el foco pasa por ajustar rápido. El descalce entre líneas fue evidente, y la falta de gol ya no es un bache aislado sino una tendencia. Harán falta cambios de ritmo en tres cuartos, más peso en el área y, sobre todo, volver a sostener el 0 mientras el equipo se reencuentra con el gol. El calendario no espera y, un día después de una goleada así, lo más difícil es resetear.

El Estadio Nacional, por su parte, vivió una noche redonda: público encendido, celebración constante y una sensación de reencuentro del equipo con su versión más vertical y feroz. Con Philippe llevando el partido sin sobresaltos disciplinarios, la fiesta fue deportiva: la U salió con paso firme hacia la pelea grande; O’Higgins, con tarea para la semana y preguntas que solo responde el próximo partido.

Mariana Barriga Bórquez
Escrito por Mariana Barriga Bórquez
Soy periodista y me especializo en noticias diarias. Me apasiona mantener a la gente informada sobre lo que ocurre en Chile. Escribo sobre temas de actualidad y tengo un ojo para los detalles que marcan la diferencia en cada historia.

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