Lluvias en Quito: INAMHI activa Alerta 24 por tormentas
A las 16:45, el cielo cambió de golpe en Quito. La capital pasó de una tarde irregular a chubascos y ráfagas eléctricas que encendieron el final del día. El Instituto Nacional de Meteorología e Hidrología (INAMHI) reportó el desarrollo de precipitaciones de variable intensidad sobre buena parte de la Sierra y la Costa, con núcleos convectivos afectando varios sectores de la ciudad. La previsión oficial apuntó a lluvias intermitentes que continuarían y ganarían fuerza durante la noche.
La mañana empezó con nubes bajas sobre el centro y sur, mientras en el norte se abrieron claros y el sol se dejó ver por momentos. Ese contraste no fue casualidad: Quito vive de sus microclimas. En pocas horas, el ambiente pasó de cálido y húmedo a inestable. Los termómetros oscilaron entre 22 y 25 °C a primera hora, un registro típico antes de que la convección de la tarde dispare chubascos intensos de corta duración.
INAMHI activó la Alerta número 24, una señal preventiva que destaca la continuidad de lluvias y la posibilidad de tormentas en franjas amplias del territorio. No es una orden de evacuación ni un nivel de emergencia por sí mismo; es una herramienta para que autoridades y ciudadanía se mantengan atentas a cambios rápidos en el tiempo, sobre todo en zonas propensas a anegamientos y deslizamientos.
El patrón del día calzó con lo que suele ocurrir en abril en la Sierra interandina: nubosidad en aumento desde el mediodía, celdas de lluvia formándose sobre laderas y valles, y chaparrones que golpean por sectores. En un barrio puede caer un aguacero con gran tamaño de gota y a cinco minutos en coche apenas chispear. La altitud, la orientación de las laderas y los valles cercanos marcan diferencias claras entre norte, centro, sur y los corredores hacia los valles orientales.
La influencia costera también jugó su parte. La humedad que sube desde el litoral, sumada al calentamiento diurno, alimentó nubes de desarrollo vertical que descargaron de forma irregular. Esa mezcla explica por qué, aun con un amanecer relativamente benigno, la tarde terminó con relámpagos a la vista y rachas de viento puntuales.
Para la noche, el pronóstico advirtió de periodos de calma seguidos por pulsos más fuertes. No se descarta actividad eléctrica y, en sectores altos, la posibilidad de granizo no es extraña en esta época. El escenario más probable: lluvias intermitentes con tramos de intensidad moderada a fuerte, disminuyendo hacia la madrugada conforme pierde energía el ciclo convectivo.
La pregunta que muchos se hacen es “¿qué tan normal es esto?”. Bastante. Abril y mayo concentran buena parte de la lluvia anual en Quito. La ciudad está acostumbrada a tardes movedizas y a cielos que se transforman en cuestión de minutos. Lo que sí cambia de un año a otro es la frecuencia de tormentas y la duración de los eventos, moduladas por la humedad disponible y factores de gran escala como el empuje de la zona de convergencia.

Recomendaciones y contexto para la ciudad
Con Alerta 24 en curso, la atención se centra en los impactos habituales: charcos en vías con pendiente, reducción de visibilidad para conductores, y crecidas rápidas en quebradas urbanas. Cuando las lluvias llegan de golpe, los sistemas de alcantarillado pueden saturarse durante unos minutos y devolver el agua a superficie. Ese es el momento en que la prudencia hace diferencia.
- Si conduces, baja la velocidad, enciende luces y aumenta la distancia de seguridad. Evita cruzar láminas de agua si no ves el fondo.
- Si vas a pie, esquiva tapas de alcantarilla y bordes de cunetas; pueden estar sueltas o desbordadas.
- En casa, revisa sumideros y canaletas. Mantenerlos despejados reduce filtraciones y goteras.
- Ante tormenta eléctrica, aléjate de árboles aislados y estructuras metálicas. Desconecta aparatos si notas descargas cercanas.
- En caso de emergencia, contacta al 9-1-1 y sigue indicaciones de las autoridades locales.
El transporte público suele ajustar frecuencias cuando la lluvia frena el tráfico. Si tienes vuelo desde Tababela, conviene revisar con tu aerolínea el estado de la operación, sobre todo si las tormentas persisten en horas de la noche. Los aeropuertos funcionan con protocolos estrictos ante actividad eléctrica cercana.
Para la madrugada y primeras horas del martes, el escenario más probable es de nubosidad residual, con chubascos dispersos a primera hora y aperturas a media mañana. INAMHI actualiza sus avisos en ventanas cortas cuando el tiempo es cambiante, así que vale la pena revisar los reportes antes de planificar traslados largos.
Este episodio dejó, además, una idea clara sobre la ciudad: la vida diaria se organiza en torno a sus microclimas. Mientras en un sector el asfalto humea por el sol, a unos kilómetros alguien busca refugio bajo un alero. Esa es la cara práctica de las lluvias en Quito: impredecibles a escala de barrio, previsibles a escala de temporada. Abrigo ligero y paraguas en la mochila siempre ayudan.
Si vives en zonas de ladera o cerca de quebradas, estate pendiente de señales tempranas de inestabilidad del terreno, como grietas nuevas, crujidos de talud o turbiedad repentina del agua. Ante cualquier duda, aléjate de las orillas y reporta. Los equipos municipales y de respuesta trabajan con prioridades claras: primero la vida, luego la movilidad y, por último, la limpieza poslluvia.
El lunes 21 cerró con esa mezcla tan capitalina: una mañana tibia, una tarde que estalló y una noche de paraguas a mano. Con la Alerta 24 activa y el cielo aún cargado, toca seguir el parte meteorológico y moverse con paciencia. La temporada de lluvias aún tiene capítulos por contar.